viernes, 10 de octubre de 2014

La escapada de Longsheng Liu

Combis y caminatas mediante, llegué a Tunxi (también conocida como Huangshan City) completamente empapad desde la montaña. El hostel estaba en el fondo de un negocio de té, ubicado sobre la peatonal principal de la ciudad. Sobre Tunxi, imaginen una ciudad de 50000 habitantes cualquiera de Argentina, con las mismas atribuciones. Sólo que en vez de 50000 habitantes en China estamos más cerca de los 500000.  Hice el checkin y me sorprendí al ver que había chinos emigrando de la habitación. Por regla general, en los hosteles los chinos no tienen permitido estar con occidentales. Sin embargo, por el tamaño de la ciudad y su relativa remotez a otros centros urbanos, en este hostel supongo que la regla no aplicaba. Sin embargo, se estaban yendo y tenía la habitación para mi sólo. Fui a recorrer la peatonal, viendo los negocios (principalmente artesanias, té y baratijas, lindo pero nada del otro mundo) y volvi a eso de las seis de la tarde.

Entonces irrumpió en la habitación un joven chino, con pinta de tener 20 años con toda la furia , que me saludó con un gesto. Yo muchas ganas de hablar honestamente no tenía, estaba cansado y fui a fumar un pucho a la terraza del hostel. Estaba por prenderlo y tenía atrás a mi nuevo compañero, que tenía dos botellas de jugo de medio litro (una de ananá y otra de frutilla) en una mano, y su cartón de cigarrillos en la otra. Miró mis puchos, me hizo una seña como diciendome "mejor probá estos" y me dio la botella de jugo de ananá. En un inglés muy rustico, me dijo "for you". Se lo agradecí y me señaló una mesa de pool que había en el hostel, invitandome a jugar (casi no había otros viajeros). Jugamos un rato, y a medida que corría el tiempo me di cuenta que de inglés el sabía apenas más de lo que yo sabía de chino.

Ahora es cuando entra el siglo XXI: ¿cómo supe que mi compañero de cuarto se llamaba Longsheng Liu, era oriundo de Hangzhou, tenía 18 años y se había hecho una escapada de fin de semana para subir a Huangshan?  Google Translator. Verán, los celulares tienen paquetes para usar sin conexión. Tanto windows phone (bing translator), android (google translator) y supongo que apple también tienen paquetes para bajar al celular y usarlo sin conexión. Entonces, escribis la frase en inglés, y tengas wifi o no, te la traduce al idioma cuyo paquete te bajaste. En este caso, chino mandarín. En contrapartida, el baidu (El facebook chino) viene con una herramienta que hace lo propio, traduce del chino al inglés.  Entonces, teniendonos a unos pocos metros, recurrimos al chat para hablar el uno con el otro. No sería la última vez que eso pasaría durante el viaje, pero al menos me dejaba tranquilo el saber que disponía de una herramienta incómoda pero valida para comunicarme y expresarme. Cuando me contó que tenía que subir mañana temprano el monte porque no tenía otro día para hacerlo, me compadecí para mis adentros por el tiempo horrible que hacía. Pensé que no iba a poder ver nada.

Al caer la noche Liu me invitó a cenar. Me llevó a un lugar donde hacían hot pots (se acuerdan? las cosas que vas poniendo al disco con la olla picante hirviendo). El dominaba el menú, así que pidió para lo que el entendía que eran dos. Dicho de otra forma: nunca había visto tanta comida para dos personas en mi vída. Salchichas, raíces de loto (son parecidas al jengibre, pero más suave) carne rara 1, carne rara 2, cosa rara 3, verdura 4, raviol chino, pancito, otro tipo de pasta, etc. Muchas cantidades de eso sólo para dos personas. En un momento le pregunto que hay para tomar, y hace un gesto del estilo "ah, claro, me olvidé!" y trajo con toda la normalidad del mundo dos petacas de algo que parecía ser whisky, pero más dulce. 35% de graduación para bajar algo que era eminentemente picante. Que tipos raros estos chinos.


Tratando de no cometer los errores de principiante que cometí en Beijing, evité las partes ultrapicantes matapersonas, y el combo con el whisky por alguna razón no resultó tan raro. El insistió que tenía que pagar todo, porque así lo decían las normas. Cuando terminamos de comer, fuimos a tomar una birra más por la peatonal, antes de volver al hostel. Tampoco la idea era quedarse hasta cualquier hora, porque el mañana iba a la montaña y yo tenía pensado ir a Xidi y Hongcun, dos pueblitos muy antiguos que estaban a unos kilómetros de Tunxi. Me desperté a las 6 para despedir a mi nuevo amigo. El por su parte me dijo que yo era muy corajudo por el hecho de viajar a China, y encima a la provincia de Anhui. Nos deseamos buen viaje y el fue a buscar el micro al pie de la montaña. Yo por mi parte me subí a una combi para Hongcun. A medida que veía la ruta por las ventanas, se podía apreciar como subían las formas de nube que estaban a pocos cientos de metros del suelo hacia arriba, como si hubiesen despertado a Shen Long para revivir a Krilin por enésima vez. Al final Liu había elegido un gran día para ver lo que pasaba en la montaña.

(bonus: la guasada de comida que pidió Liu, aunque la foto salió movida y la resurrección de Krilin en camino a Hongcun. Las fotos de Hongcun y Xidi, y algunas de Tunxi, en https://www.flickr.com/photos/alosconfinesdelmundo )