sábado, 8 de febrero de 2014

Antes de Partir





Como mencioné antes en otro post, cuando era chico me enamoré de la idea de viajar por todo el mundo, de un saque. Pero a medida que fui cultivando una falsa chapa de pibe de barrio (perfil que me gusta imaginar que todavía existe) comencé a pensar que viajar era un gasto innecesario. Nunca había salido del Mercosur y me daba lo mismo ir a las Islas Galápagos que a la Laguna de Lobos (con el debido respeto a la cuna del pocho, claro está).

Varios de mis amigos habían estado por otros lugares del mundo y de alguna forma sentía que con sus relatos, fotos y demás yo ya había visto lo que ellos vieron. Bueno, este año me toca viajar, ayudado un poco por la suerte, la genética o lo que sea.

El plan para mis próximos meses es este: Del 10 al 20 de febrero, en virtud del apellido de mi madre y las prácticas de mis ancestros sefaradíes, voy a pasear por Israel con un contingente de 40 personas. Sí, Bría. Yo también. Una vez finalizado el tour, voy a pasar un par de noches con mi amiga Julia y su novio (que no conozco, pero a esta altura ya es algo así como un personaje mitológico) quienes me van a hospedar en Tel Aviv. Luego, Estambul es el próximo destino, donde tengo 4 días y 3 noches para conocer la ciudad. De ahí...a la madrugada tengo que tomar un vuelo a El Cairo, para 8 horas después...ir a Beijing. Y tener 28 días de habitar el suelo de ese país. Paréntesis. El pasaje del Cairo a Beijing me salió 4000 pesos, ida y vuelta, final. CON el 35%. Qatar airways te amaré por siempre.

Y en China... no sé, supongo que es la aventura de mi vida. Lo único que sé es que tengo 3 noches reservadas en Beijing y que tengo un vuelo a Hong Kong por 3 días también (y andá a saber, me pego una vuelta por su Disney en una de esas). Llevo mi ropa de montaña (bolsa de dormir y toda la bola) porque quiero conocer dos de las moñtanas sagradas, Huangshan en la provincia de Anhui y Emeishan en Sichuan (shan es el sufijo para las montañas) y pasar una noche en cada lugar, viendo el sol o las nubes o lo que sea salir por la orogenia.

También asumo que también andaré por otros lugares de Anhui unos días (los pueblos de agua de Xidi y Hongcun) antes de ir a Shanghai (de ahí parte el vuelo a Hong Kong). Con 3 días no se si tendré tiempo de pasar por Macao, pero sí se que de ahí me tomo un vuelo a Chongqing, a conocer las esculturas rupestres de Dazu. El próximo destino es Chengdu, a comer la comida de Sichuan e idealmente, ver muchos pandas y red pandas. Si la paz social lo quiere (marzo es un mes de tensiones por el oeste de China, es el mes donde los monjes tibetanos salen a protestar, incendiarse, etc. por la situación actual del Dalai Lama) me adentraré más al oeste para conocer los monasterios de Kangding y Tagong, a casi 4000 metros de altura, sitos en la prefectura autónoma tibetana de Garzé (el chino (?)). A diferencia del Tibet propiamente dicho, que si requiere una visa y está 100% cerrado a los extranjeros en marzo, las prefecturas autónomas tibetanas del oeste de China pueden no someterse a la veda.

De allí, me quedarán unos 5 días en los cuales supongo iré a Xi-An a conocer no sólo sus Guerreros de Terracota, sino también su barrio musulmán o su muralla (No confundir con la Gran Muralla, que está a unos kilómetros de Beijing nomás). Si todavía tengo tiempo, pasaré un día por Pingyao y ahí sí, volver a donde vine: Egipto.  La idea sería estar un par de días para conocer el museo y las pirámides, y salir nuevamente a Israel, donde el vuelo a Buenos Aires me espera. Me fascina la idea de hacer el cruce de Egipto a Israel por tierra porque es muy barato, pero no se si las rutas están abiertas a turistas. De hecho la ruta de la península del Sinaí es peligrosa, tipo alerta roja, así que está cerrada. La forma de volver por tierra es bordeando el Golfo de Aqaba, con Sharm-el-Sheikh como parada intermedia, para ahí si, llegar a la frontera entre Taba y Eilat. Aún no se bien que hacer con eso, pero dios proveerá. Y volveré a casa tras 50 días de alguna forma.

En todo este caos de viaje de casi dos meses, apareció el factor de las despedidas. Vieron cuando les dicen "che, veamonos un día de estos" o "sí, juntémonos de una" y la mayoría de las veces todo queda en la nada porque somos colgados, tenemos otras cosas que hacer y demás? Bueno, resulta que la gente se acordó esta vez.

Desde entonces, y hace más de una semana que no ceno en mi casa. Asados, fideos, cervezas , comida china (sí, de verdad), pizzas, sushi, muchos encuentros y buenos deseos que mis amigos me acercaron antes de que me fuera, en una nueva demostración cabal que hay personas que son lo más (cursilerías, soy fan y me la banco). Me di cuenta mientras escribo esto que sobre todo en China, territorio libre de Facebook, voy a extrañar sus chistes. Otros también se acercaron para desearme buen viaje y recomendarme un montón de cosas de sus propias experiencias.

En contraposición a las noches, estaban las mañanas donde siempre tenía que ir a hacer algun trámite: Visas, seguros, vacunas, etc. Y a la tarde había que trabajar. Entonces eran todos días de triple turno en que siempre volvía muy cansado pero estaba contento.

Para colmo, está semana me robaron el celular. Tuve que ir a Liniers a las 9 de la matina a buscar el Chip por correo, aprovechando que voy a la meca de los celulares (China) para comprar uno nuevo ahí. Así que recién a fines de febrero les diría que me manden mensajes de texto o wasaps, porque no quiero herir sus sentimientos con mi falta de respuesta digital.

Y del oeste fui a once, mi segundo hogar a esta altura, a trabajar, a terapia, y acá estoy en casa. Es sábado a las 4 de la tarde, estoy terminando de armar el bolso y estoy fundido. Y mañana a las 8 y media de la mañana llego a Ezeiza y ...y comienza todo, supongo.



A quienes buscan pija les deseo pija, les deseo concha a quienes buscan concha, paz a quienes buscan paz, redes sociales a quienes buscan redes sociales y espero que anden todos muy bien cuando vuelva.