jueves, 17 de julio de 2014

La previa: los aeropuertos de Estambul, El Cairo y Doha.

Colgué como un campeón pero por buenas razones: paja mental y rendir materias. Ya habrá tiempo para hablar de Israel y Turquía, pero empecemos por el plato fuerte, lo más exótico: la China misma. Bueno, no, mentira, vamos a hablar de como llegué a China.

El 26 de febrero a las 4 de la mañana estaba llegando al aeropuerto internacional de Ataturk, Estambul, donde a) a las seis y media de la mañana tenía un vuelo a El Cairo b) perdí mi campera. Esto no será un detalle menor cuando toque hablar de China.

Checkin, gilada, Turquia que linda que sos, Estambul TKM bla bla. Campera al margen, el aeropuerto de Estambul se portó bien (en marzo cuando me tocó dormir ahí una noche lo hice como un imán (?)).

Llegué a El Cairo a las 9 a.m. Consigo la visa, trámite aqui, tramite allá. Tenía que cambiar de terminal, así que tenía que salir y volver a entrar a otra ala del aeropuerto. Ahí me di cuenta adonde había viajado: a un país en crisis, donde te ven como una máquina de $$ andante: querían cobrarme 20 dólares para llevarme a la terminal 1, cuando en realidad había un micro (los shuttles) que te llevaban gratis. Asimismo, cada empleado con quien traté a lo largo del día pretendía baksheesh (propina) por acciones desde señalar donde quedaba el baño o incluso para dejarte entrar a la terminal. El vuelo recién salia a las 5. Cansado y casi sin dormir de la noche anterior, me tiré frente al contador de Qatar Airways hasta que se hiciera hora del checkin. Odié Egipto esas horas, y me preocupó si mi vuelta de China sería tan hostil (el 25 de Marzo volvía de Beijing a El Cairo y esta vez sí, tenía pensado quedarme unos días). Pero bueno, el caballo, el regalo, los dientes, el pasaje había salido 4000 pesos ida y vuelta, no iba a quejarme. Era ridiculo: lo que sale un vuelo Buenos Aires-San Pablo sale uno que une lugares que tienen seis horas de diferencia entre sí.

El Cairo es uno de los principales centros musulmanes del mundo: por eso había islamismos y arabismos de todos los colores: las ropas de los hombres que se ibán para Muscat, Omán, diferentes a las túnicas de los Tanzanios, o los Paquistaníes, que sólo llevaban un atuendo blanco, muy humilde. Finalmente, se hicieron las 18 horas y conseguí uno de esos momentos kodak que te los guardás por mucho tiempo en la mente: el despegué en el atardecer en el desierto. Como casi siempre cuando ves algo increíble, el plástico del avión impidió una foto acorde a la genialidad del momento. De hecho uno de mis inventos favoritos es el que te permita recrear en el mundo real imagenes y cosas que viste que sólo yacen en tu mente y en tus recuerdos. Así en menos de 24 horas pisaba y me iba de África por primera vez.

El avión? Lleno de chinos, obvio. Parecían todos muy normales. Todavía no me daba cuenta en que me había metido (?). La escala la hicimos en Doha, Qatar. Llegamos a medianoche y desde arriba, ves como una ciudad 6 estrellas puede albergar una Copa del Mundo en 2022. Nunca fui a Dubai, pero desde lejos los imaginé muy similares, a puro neón azul. Como si fuese la capital de Tron.

Durante el viaje, pasamos por varios países del Golfo. Me hubiera gustado conocer alguno, pensé. Omán, Kuwait, Jordania, Arabia, Yemen. Bueno, Yemen no porque está todo mal ahí: la capital, Saná, es una ciudad increible, al menos en fotos. Es parecida a Jerusalén de alguna forma, pero musulmana. Con la salvedad de que no hay agua ahí. Ni otros servicios básicos. Ni wifi. Pero se ve linda, eso sí.

En fin, quedará para la próxima (?). El aeropuerto de Doha, a medianoche, tenía más o menos, unas 50000 personas aguardando miles de conexiones. Desde Nueva York hasta Maputo, París, Tashkent, Jeddah, Rio de Janeiro. Lo que se decía una terminal global. El free shop la rompía también (?).

Una perlita: el avión nos explicaba mediante un video animado para mostrarnos los transfers. Como youtube es la mejor página de la historia, lo tiene. La magia aparece en el 1:55, pero les recomiendo ver todo para entenderlo mejor (?)

https://www.youtube.com/watch?v=Hk5U9Zq_JNU

A las 14 hs del 27 de febrero, después de 26 horas de viaje y menos diez ganas de mirarme en el espejo, llegué a Beijing. Ahi empieza el próximo post.

2 comentarios:

  1. Genial! esperaba el relato detallado.
    Pedido: hay fotos de los aeropuertos????
    También quiero detalles como Llaman a rezar adentro de los aeropuertos? los baños en de aeropuertos en Egipto son igual de chotos que acá? miran mal en el detector de metales a los occidentales, como nosotros miramos mal a los musulmanes????

    PD: soy Muir pero no sale mi mail, quien sabe por qué.

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    1. Hay algunas ,tendría que buscar. Con las cámaras, celulares y demás tuve algunos problemas.

      Los baños de los aeropuertos de Egipto tienen una particularidad. Tienen una canilla al lado que propulsa un chorrito horizontal, o sea, una especie de bidet, pero que sale desde dentro del inodoro, del lado de la pared.

      El detector de metales es un poco más estricto. El encendedor que salió como un campeón de Bs As, Madrid, Tel Aviv y Estambul fue retenido en el Cairo.

      Así como tenemos Capilla, ellos tienen mesquita. No hay mucho wow factor ahí, rezan separados varones y mujeres, descalzos los primeros, engurkadas las segundas.

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