Ahora vamos a alterar el orden cronológico y espacial de los
hechos. Nos vamos a retrotraer a la mañana del 22 de Febrero del 2014. Me despierto en
Tel Aviv, en la casa donde vivían Julia y Gidi y con suma amabilidad habían decidido recibirme. Ya habrá tiempo para explayarme
sobre mi breve pero muy alegre estadía con ellos y hacerles justicia por su
hospitalidad (en un futuro post que supondrá un nuevo salto temporal al pasado. Perdón Cronos por abusar de tu gentileza).
Nueve de la mañana y llega el turno de despedirme de ellos para tomarme un taxi hasta el aeropuerto de Ben Gurion, un aeropuerto que cuenta con escaso acceso por la vía del transporte público y además el viajar un sábado (comprendido en el Shabat) lo hace más complicado aún, porque la ciudad funciona a media máquina, y la mayoría de los negocios abre o cierra según la religiosidad o conveniencia de quienes lo regentean. Pese a que esto supondría menos tránsito y más facilidad para desplazarse, no es el caso: el transporte también se vuelve poco confiable un sábado porque o no funciona o lo hace con horarios restringidos, ergo no tenés muchas alternativas. Julia me comentó que existían los sherut, “taxis compartidos” o minibuses, pero no entendí muy bien cómo funcionaba el sistema...en definitiva la alternativa más fácil termina siendo un taxi, pese a mi animosidad para con ellos. También es sabido que el aeropuerto de Ben Gurion es conocido por sus protocolos estrictos de seguridad. Muchas preguntas, mucha revisión y es posible que esta sea reiteradas ocasiones. Obviamente decir que no tenés un amigo terrorista o una bomba. Y en caso de tenerlo, que no se note.
Nueve de la mañana y llega el turno de despedirme de ellos para tomarme un taxi hasta el aeropuerto de Ben Gurion, un aeropuerto que cuenta con escaso acceso por la vía del transporte público y además el viajar un sábado (comprendido en el Shabat) lo hace más complicado aún, porque la ciudad funciona a media máquina, y la mayoría de los negocios abre o cierra según la religiosidad o conveniencia de quienes lo regentean. Pese a que esto supondría menos tránsito y más facilidad para desplazarse, no es el caso: el transporte también se vuelve poco confiable un sábado porque o no funciona o lo hace con horarios restringidos, ergo no tenés muchas alternativas. Julia me comentó que existían los sherut, “taxis compartidos” o minibuses, pero no entendí muy bien cómo funcionaba el sistema...en definitiva la alternativa más fácil termina siendo un taxi, pese a mi animosidad para con ellos. También es sabido que el aeropuerto de Ben Gurion es conocido por sus protocolos estrictos de seguridad. Muchas preguntas, mucha revisión y es posible que esta sea reiteradas ocasiones. Obviamente decir que no tenés un amigo terrorista o una bomba. Y en caso de tenerlo, que no se note.
La aerolínea? Pegasus, el low cost que opera la ruta entre
Estambul y Tel Aviv. A la hora de las instrucciones de vuelo, pasaron un video bizarrísimo de flight safety. Buscando el link para adjuntar al post, resulta que esto de los videos extravaganttes es una práctica que Pegasus ha repetido a lo largo de la historia, y mi vuelo
no era la excepción. Para colmo, el avión parecía tener flaps de papel y dar la
impresión de destartalarse en cualquier momento. Estoy segurísimo que no tenía filanges (?).
Pero por suerte nada grave ocurrió y cerca de las 2 de la tarde estaba en Sabiha Gokcen, el aeropuerto del lado asiático de Estambul y donde, esperablemente, operaban los low cost. Sabiha saltó a la fama hace relativamente poco porque un avión de, precisamente, Pegasus Airlines, tuvo la brillante idea de explotar a raíz de algo que al día de hoy no se sabe, pero se presume una bomba.
http://inflightsafetyvideos.com/pegasus-airlines-boeing-737-800-in-flight-safety-video-2015/
Acá está el video de Pegasus
Pero por suerte nada grave ocurrió y cerca de las 2 de la tarde estaba en Sabiha Gokcen, el aeropuerto del lado asiático de Estambul y donde, esperablemente, operaban los low cost. Sabiha saltó a la fama hace relativamente poco porque un avión de, precisamente, Pegasus Airlines, tuvo la brillante idea de explotar a raíz de algo que al día de hoy no se sabe, pero se presume una bomba.
http://inflightsafetyvideos.com/pegasus-airlines-boeing-737-800-in-flight-safety-video-2015/
Acá está el video de Pegasus
Desde Sabiha Gokcen tenés el Havatas, el bondi exprés que
te lleva del aeropuerto a plaza Taksim. 13 liras la tarifa. Después de una hora
y monedas de ver el Bósforo y el Cuerno Dorado desde el colectivo, llego la hora de decir para mis adentros “mamá, llegué a la ciudad donde vivieron mis abuelos” (porque si bien pasaron varios años ahí, eran oriundos de Esmirna).
La Plaza de Taksim es enorme, y me costó un tiempo
orientarme y llegar a la avenida Istiklal (Independencia), que vendría a ser un equivalente de
la calle Florida. Miles de negocios, entremezclados con calles que iban en
círculo y no parecían seguir un patrón geométrico discernible. Pero lo que más me llamó la
atención de esta primera aproximación a Estambul fue la estrambótica cantidad de policías en
la calle. Había llegado en un día especial.
![]() |
Avenida Istiklal. Fuente: Wikipedia |
Desembarco en el hostel, sito cerca de los baños turcos (los
Hamami) del Galatasaray, sobre la calle Turnacibasi (Turnacibasi Caddesi para más precisiones). De hecho, el mismo albergue consistía en un baño turco que tenía unas camas
arriba. El Aga Hamam era una joya perdida en medio de Taksim.
Por menos de 10 dólares la noche, el albergue era pornografía para los que viajábamos rascando las monedas. El tipo de la recepción era un señor canoso de unos 40 años, súper amable, que no dudó en ayudarme con la pronunciación de las pocas palabras en turco que había aprendido, por si las dudas (Siempre es bueno aprender unas palabras y no depender 200% del inglés). También me dijo que podía pagarle más tarde, no había apuro. Era temporada de vacas flacas en Estambul así que se daba la mayor cantidad de facilidades para los viajeros. Lo cual me vino bien porque había sacado las liras justas y necesarias en el aeropuerto. Matemática rápida: 1 dólar, 2,2 liras turcas (TL). Así que a ojo, también se manejaba 1 Euro -3 TL. Si bien no toqué un solo Euro en mi viaje (de hecho en mi vida, ahora que lo pienso) es un dato para tenerlo en cuenta.
Por menos de 10 dólares la noche, el albergue era pornografía para los que viajábamos rascando las monedas. El tipo de la recepción era un señor canoso de unos 40 años, súper amable, que no dudó en ayudarme con la pronunciación de las pocas palabras en turco que había aprendido, por si las dudas (Siempre es bueno aprender unas palabras y no depender 200% del inglés). También me dijo que podía pagarle más tarde, no había apuro. Era temporada de vacas flacas en Estambul así que se daba la mayor cantidad de facilidades para los viajeros. Lo cual me vino bien porque había sacado las liras justas y necesarias en el aeropuerto. Matemática rápida: 1 dólar, 2,2 liras turcas (TL). Así que a ojo, también se manejaba 1 Euro -3 TL. Si bien no toqué un solo Euro en mi viaje (de hecho en mi vida, ahora que lo pienso) es un dato para tenerlo en cuenta.
Cuatro de la tarde, salgo a caminar por la plaza y luego a
perderme un rato por Beyoglu, el lado norte del barrio de Taksim y con algo
menos de densidad comercial. Llamaba mucho la atención el persistente olor a
humo que emanaba la ciudad, que hacía juego a la perfección con un día de invierno ásperamente gris y la cantidad de gaviotas sobrevolando la ciudad. Pero más llamaba la atención la
cantidad de camisetas del Galatasaray y del Besiktas. Hoy había clásico,
señoras y señores, se jugaba en el Turk Telekom (casa del Galatasaray) y los
dos equipos grandes de la parte europea de la ciudad se veían las caras. Es por
eso que los bares estaban llenos, y la policía decía presente. Bah, al menos
eso pensaba. El partido salió uno a cero para los Galatinos, donde jugaban
Drogba y Felipe Melo. El primero, fiel a su tradición, fue un capo . El
segundo, fiel a su tradición, se hizo expulsar por un patadón. El partido
estuvo picante y ya sabemos cómo son los clásicos turcos.
Ejemplo de esto último:
http://www.theguardian.com/football/video/2012/dec/11/turkish-fans-riot-wheelchair-basketball-video
Ejemplo de esto último:
http://www.theguardian.com/football/video/2012/dec/11/turkish-fans-riot-wheelchair-basketball-video
A todo esto, Erdogan, el presidente turco que deben haber
oído nombrar en reiteradas ocasiones los últimos tiempos, había tenido la
brillante idea de poner controles y ojos sobre Facebook y Twitter para ver que
se posteaba y en que tonalidad se hacía. Dicho de otro modo, censura, señoras y señores. Entonces a eso de
las 19 hs, había una serie de muchachos congregándose en Istiklal que respondían a agrupaciones de izquierda . Del otro lado, los antagonistas eran nada más y nada
menos que el ejército de policías que estaban acampando en Taksim. Los
manifestantes empezaron a entonar la más maravillosa música que más o menos
decía algo como “maten a los ratis” pero de una forma pegadiza, melódica y turca.
La situación se estaba poniendo tensa y voló el primer palazo.
Dispersión, muchísimo pero muchísimo gas lacrimógeno, camiones hidrantes, balas de goma, caballos entrando a Istiklal a separar a la gente, negocios desesperados cerrando la puerta…pero hete aquí que volvían por la calle los hinchas de la cancha del Galatasaray… ambos bandos por igual escucharon el mantra (?) anti policía y decidieron aportar su granito de arena al asunto cargando contra los oficiales: Hacía tres horas había llegado a Estambul y ya era una batalla campal a todo trapo. Para colmo, dentro de un rato llegaba mi compañera en esta parte del viaje. Paloma, venida desde Roma, más o menos tenía que llegar tipo 8 o 9. Ella tenía que hacer el contraste que suponía tomar un mate con el papa Francisco en el Vaticano al escenario brutal y madmaxeano que proponía el centro de Taksim.
Dispersión, muchísimo pero muchísimo gas lacrimógeno, camiones hidrantes, balas de goma, caballos entrando a Istiklal a separar a la gente, negocios desesperados cerrando la puerta…pero hete aquí que volvían por la calle los hinchas de la cancha del Galatasaray… ambos bandos por igual escucharon el mantra (?) anti policía y decidieron aportar su granito de arena al asunto cargando contra los oficiales: Hacía tres horas había llegado a Estambul y ya era una batalla campal a todo trapo. Para colmo, dentro de un rato llegaba mi compañera en esta parte del viaje. Paloma, venida desde Roma, más o menos tenía que llegar tipo 8 o 9. Ella tenía que hacer el contraste que suponía tomar un mate con el papa Francisco en el Vaticano al escenario brutal y madmaxeano que proponía el centro de Taksim.
Los negocios abrían sus puertas para acoger manifestantes,
incluso mi hostel. Cuando volví tenía a 50 pibes en el lobby recuperándose de
los gases y la salvajada, con toallas, limón y demás. De más está
decir que me tocó a mi en reiteradas ocasiones pasar por zonas de guerra,
chupando gas, teniendo que taparme con una bufanda... pero no terminó ahí.
Resulta que los manifestantes turcos saben algo más que nosotros acerca de protocolos de
disturbios, y buena parte de ellos tenía máscaras de gas y barbijos, lo cual
los volvía relativamente inmunes a los gases, más no a los palazos. Por lo
tanto se daba una situación guerrilla-friendly, donde atacaban, retrocedían,
dispersaban y se volvían a unir para actuar contra la policía nuevamente. Los
hinchas, primero enfrentados entre ellos física y futbolísticamente (porque
obvio que hubo tole tole entre ellos) pero ahora unidos por el bien común (?)
iban con igual valentía pero menos equipamiento que los troscos.
A todo esto estaba en
el hostel cuando llegó Paloma. No teníamos forma de comunicarnos, así que o iba
a la plaza o la esperaba en el Hostel. A pesar del salvajismo, la plaza era un
lugar relativamente seguro porque los incidentes habían pasado para el lado de
Beyoglu, entonces el recorrido era relativamente seguro. Me fui a bañar y
pensaba ir a esperarla, pero ella me ganó de mano y antes de que yo saliera ella ya estaba en el lobby.
Le cuento la locura de la que se perdió, me contó de su paso por Roma y nos fuimos a comer un Doner al paso. Cerraron
todos los negocios, pero así como cerraron volvieron a abrir a las 10 de la
noche, una vez disipados los incidentes grosos. En Estambul NADA CIERRA.
Tres de la mañana? Restaurantes abiertos, ni hablar de bares, kioskos
y demás, sobre todo por Taksim. El doner por lo general es de carne (ët) o
pollo (tavuk). Entre 2 y 5 liras cada uno, y ya tenés tu cena. Fuimos a un bar después, a eso de la
medianoche, a tomar una cerveza (La Efes es la cerveza local, y un vaso de medio litro estaba entre 6 y 8 liras) y a fumar de una narguila, tradición local
en los bares. A todo esto, crease o no, seguía habiendo raids por los callejones de Taksim (el barrio, no la plaza), y la
policía seguía tirando gases y palazos. Por lo cual nos pusimos a toser y a lagrimear,
pese a estar en un primer piso. Se cerraron las puertas del bar pero la dispersión y el reagrupe continuó por otras calles. Hasta las tres de la mañana no cesaron los
incidentes. En total fueron 7 horas de tole tole por los callejones de la ciudad. Mañana tocaba jugar al turista, pero
hasta entonces, me parecía que Estambul era una cosa sin igual, para bien y
para mal. Lo que sí, creo que se puede entender mucho más sobre una sociedad a través de su violencia.
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Taksim de Noche. |
Las fotos? voy a pedirlas, porque por suerte pude hacer un dropbox antes de perder la cámara en China. Prometo que este post será debidamente actualizado cuando las tenga. En el interín, pido prestadas algunas imágenes.
Las fuentes, distorsionadas como verán, sobre lo que realmente pasó.
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