Siete de la mañana en el Cairo y ya me encuentro despierto y
dándome un par de cachetadas en la cara para estar lúcido. Había que tachar un
último gran destino en todo este viaje y se trataba de nada más y nada menos
que las pirámides de Giza. Pero así como la muralla China tiene diferentes
puntos de acceso (y por ende, diferentes panoramas), las tres clásicas
estructuras de Keops, Kefrén y Miserino también presentan compañía: algunos
kilómetros más al sur se encuentan las pirámides de Saqqara y luego las de Dahshur.
Cuando uno piensa en las pirámides de Giza probablemente se
imagine un lugar remoto donde haya kilómetros y kilómetros de arena alrededor.
Esto es parcialmente cierto. Giza antes era un distrito independiente, a pocos
kilómetros al oeste del Cairo. Por esas cosas de la geografía y de los procesos
de aglomeración de ciudades, ahora se trata de la misma área metropolitana,
donde ambas ciudades coexisten a tal punto que básicamente Giza hoy es un
barrio más del Cairo. Entonces, las pirámides marcan el hito donde la ciudad
deja de existir, abriendo paso al desierto hacia el oeste de las mismas.
Si bien es posible ir a las pirámides de Giza vía subte o
bondi (sí, leyeron bien, dije que podés ir a las pirámides en Subte, chupala Mauricio (?)) aunque la
estación queda a un par de kilómetros del sitio arqueológico, lo cierto es que
no hay forma directa de llegar a Saqqara y Dahshur por la vía del transporte
público, por lo que si querés ver estas dos pirámides vas a tener que ir en
taxi o el equivalente al remís Egipcio.
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La contracara del camino a las pirámides |
Como tampoco andaba sintiéndome muy
valiente como para arriesgarme a perderme en el Cairo en mi segundo día (y los
que me conocen saben que detesto no dónde estoy parado) no me
quedó más remedio que pegarle un llamado a Matrix para hacer la ruta.
Como fuimos “de abajo hacia arriba”, arrancamos por Dahshur.
El sitio queda a unos 30 km al sur del Cairo, y en el camino podés atestiguar
la mezcla de imponente y decadente de Egipto: palmerales hermosos y verdes
mezclados con el desierto se entrecruzan con las viviendas precarias y pobreza
más absoluta en las viviendas precarias de África. Es algo que la verdad vale
la pena verlo para entenderlo un poco mejor, sobre todo para ver cómo es la
vida en las afueras del Cairo (y también más adelante veremos cómo es la vida
por dentro en algunos lugares).
Es un garrón es que los tres sitios piramidales te cobran
entrada por separado. No tenés un day pass o algo por el estilo. Dahshur
presenta dos pirámides: La pirámide roja y la pirámide acodada. La Pirámide
Roja se destaca, además de por su color sensiblemente más rojizo que el resto
de los triángulos 3-D (?), por ser la primera de las grandes estructuras que
hoy conocemos como pirámides. En tanto la Pirámide Acodada vendría a ser un
cover Egipcio de la torre inclinada de Pisa. Las imperfecciones, por otra
parte, le transfieren un singular encanto.
A la pirámide roja de Dashsur también podés entrar y verla por dentro.
Lo hice porque sé que casi todas son iguales por dentro entonces me pareció
mejor hacerlo en la más aislada. Por dentro la verdad no hay nada demasiado
espectacular. Tanto para entrar como para salir tenés que hacerlo casi en
cuclillas, y no hay mucho más que un espacio hueco. Y la verdad más que para
decir “estuve dentro de una pirámide” no vale mucho la pena la experiencia. En resumen, huelen feo y seguro algún que otro borracho las meó durante los últimos 2000 años (?)
Siguiente parada: Saqqara, la antigua necrópolis de Memfis,
otrora capital egipcia. El sitio tiene algunos lugares para destacar: el
primero de ellos es la pirámide escalonada de Djoser, que en forma se asemeja
más a las pirámides de Chichén Itzá que a las de Giza. Asimismo también tenés
un par de pirámides menores que son indistinguibles de un par de montículos
sobre la arena: parecen más accidentes orogénicos que construcciones humanas. Sin
embargo, una de ellas es la pirámide de Unas y vale la pena entrar ahí porque
adentro hay algunas inscripciones y eso
siempre es bienvenído porque al ver jeroglíficos en una pirámide, aunque
parezca un arenero, te sentís medio Indiana Jones. Junto con esta
micropirámide, la otra joya de la necrópolis de Saqqara es el Templo de Djoser.
El templo, si bien hoy quedan ruinas, está bastante zarpado. Te da esa sensación
de estar en esos lugares grandes donde más o menos sentís que se inventó la
historia. Adentro además están las tumbas. En teoría no se puede entrar, pero
lo cierto es que a nadie le importa si lo hacés. A tal punto que en cada uno de
los complejos arqueológicos tenés personas esperando a los visitantes para
mostrarle las instalaciones por dentro y llevarse una moneda, haciendo de guías
turísticos “de facto”. Si bien no hay
ninguna momia por dentro de las tumbas, lo cierto es que está lleno de
inscripciones y ser el templo un lugar iluminado por el sol hace que los
registros visuales se vuelvan más espectaculares.
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El templo de Djoser |
Ahora sí, el plato principal: Giza. Como bien les dije, poco
antes de llegar a las tres pirámides hay ciudad, pero tampoco es que una vez
que entras al sitio todo es color de rosa, o color de arena, en este caso. Hay
distancias de un kilómetro más o menos entre cada sitio. Además, con la
desesperación por turistas que tiene el lugar, prepárense para ser bombardeados
y que les quieran vender hasta un pariente. Por un lado, es fantástico tener
una maravilla del mundo prácticamente para uno solo porque a nadie se le ocurre
ir a Egipto en este momento político del país. Por otra parte, es imposible que
te dejen de acosar hasta que te vean arriba de un camello u otro animal de
carga. Por suerte los precios, como todo en Egipto, son negociables. Bajar los precios
pacientemente hasta que llega el punto donde te piden menos de la mitad de lo
que te pedían al principio es una práctica en la que fui volviéndome más ducho
tras estar viajando por cuatro lugares
donde el regateo era moneda corriente (Israel, Turquía, China y Egipto).
Conseguimos camello nomás y arrancamos por la pirámide de Kefren, que si bien
no tiene la mística de Keops (“la gran pirámide de Giza”) es la que mejor se
conserva -pese a sus refacciones- y la que permite mejores ángulos para sacar fotos . Además, como
bonus, es la que te permite sacar mejores panorámicas de Giza y el Cairo: resulta que desde
el desierto tenés una vista inmejorable a la ciudad, sin obstáculos.
Micerino es la más chica de las tres (en rigor de la verdad son seis, hay tres pirámides pequeñas detrás de Micerino), pero también tiene lo suyo. Keops es la más antigua y solía ser la más grande, pero la erosión y los arreglos en la pirámide de Kefren, sumado al hecho de que esta fue construida "on higher ground", le dan la ventaja a la segunda pirámide. Además, la cúpula de Keops tuvo que ser reconstruida.
Por cierto, antes podías trepar a las pirámides, pero se daban muchas situaciones del estilo
-"cómo murió?"
-"se cayó desde una pirámide"
así que se prohibió la práctica por exceso de pelotudez.
Micerino es la más chica de las tres (en rigor de la verdad son seis, hay tres pirámides pequeñas detrás de Micerino), pero también tiene lo suyo. Keops es la más antigua y solía ser la más grande, pero la erosión y los arreglos en la pirámide de Kefren, sumado al hecho de que esta fue construida "on higher ground", le dan la ventaja a la segunda pirámide. Además, la cúpula de Keops tuvo que ser reconstruida.
Por cierto, antes podías trepar a las pirámides, pero se daban muchas situaciones del estilo
-"cómo murió?"
-"se cayó desde una pirámide"
así que se prohibió la práctica por exceso de pelotudez.
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Stairway to Kefren (?) Bueno, técnicamente esta es Keops, pero dejenla pasar por favor |
Cerca de la
fosa de Keops tiene lugar el museo de la
Barca Solar. Nombre fantástico para el sitio donde está la barca funeraria del
otrora faraón. Supuestamente es a través de este barco en donde Keops hizo “su
viaje al sol. Tanto Keops como Miserino permiten la entrada hacia adentro de
las mismas. El problema es que la entrada, tanto para el interior de las
pirámides como para el Barco Solar es cara y es por separado. Además, cerca del
museo está otro infaltable de Egipto: La esfinge. El tiempo le hizo una rinoplastia
a la estatua legendaria, pero una foto al monstruo con las pirámides de fondo
es algo imponente. Nuevamente, prepárense para ser acosados por los guías de
facto que quieran llevarse una moneda.
Llegué a las 8 de la mañana a Dahshur. Ahora eran casi las 4
de la tarde cuando finalmente estaba volviendo al centro, hecho pelota. Si sólo
les interesa hacer Giza es posible hacerlo en dos o tres horas. Pero el templo
de Djoser en Saqqara vale la pena el desvío.
A la noche me fui a tomar un par de birras con Memo. En
Egipto, pese a la Sharía, no comen vidrio y venden cerveza en algunos lugares.
Lo que sí, la venden barata. Bah, la venden al mismo precio que venden un
shawarma, que en realidad no es nada. Un shawarma y una cerveza valen 10 libras
Egipcias. Menos de 20 pesos. Le pregunté a Memo de donde era, me dijo que de
Foggia, pero como quien dice “Villa Pirulo”, teniendo que explicar con cierta
resignación en qué región se ubicaba, que ciudades tenía cerca, etc… Acá es donde años de jugar al Pc Calcio y mi
conocimiento sobre clubes de fútbol salió a lucirse. “Pino Zaccheria” fueron
las palabras que pronuncié que inmediatamente cambiaron su expresión. La cancha
del Foggia fue la contraseña para que Memo saliese de su centralidad impermeable
y exhibiera un costado mucho más pasional, sorprendido por la referencia y
encantado por saber que en otro continente alguien recordaba a aquel equipo que
hoy milita en la tercera división tana. Charlamos un rato del Foggia que en los
90 figuró en la Serie A, me contó algunas historias de cuando fue infiltrado a
la cancha del Napoli y le dijeron cosas como "eh, que hace tano puto? te vas a ir en bolsita de acá eh", etc. Cosas de fútbol y de
hinchas.
Memo también me comentó que iba
a volverse en los próximos días porque estaba cansado de Egipto. Mañana tenía
su última tarea fotográfica en Ardelewa (hoy Mohandessin), cerca de Giza, en un
lugar donde básicamente la Villa 1-11-14 era un resort de lujo en comparación. También
me puso un poco al tanto de la realidad política Egipcia. Él decía que Morsi,
el único presidente no militar y democrático de la historia de Egipto estaba en cana
muriéndose como un perro y como Mubarak pasaba sus días en una celda VIP. En
los próximos días tenían que proclamarse los candidatos a las elecciones, y
todo daba a entender que iba a ser una lista única encabezada por El-Sisi, el
mismo general que depuso a Morsi en Julio de 2013 (Morsi asumió en Junio de
2012). El chiste es así: son los partidarios quienes salen a la calle pidiendo
por el candidato y este es quien dice “yo no quería, pero si ustedes lo piden, yo me debo a mi público...”
El post quedó largo. Tan largo que voy a hacer otro para
contarles lo que me faltó: les debo (e imagino que será el último
sobre el Cairo) el raconto de La Ciudad
de los Muertos, La Ciudadela de Saladino y sus addons (?), El Cairo Copto, y
un par de comentarios sobre el Parque Al-Azhar y el bazar de Khan el Khalili.
Las fotos, como siempre:
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