sábado, 22 de junio de 2013

El famoso mundo de sensaciones.



Transversal como un polvo.
Derivado como pararse de manos.
Dudoso como los Stones en Uniclub.
Infantil como quinceañero de treinta.
Sinecdóquico como donante de órganos.
Desesperado como Marta Sánchez.
Turbio como vendedor de pirulines.
Desprotegido como el bombo de Maru Botana.
Lento como Only You.
Salado como las heridas del Indio.
Triste como tatuaje de Maná.
Duro como el ya no ser.
Sorpresivo como Travesti en tu armario.
Obvio como lo que nunca olvidamos.
Suave como Luis Miguel.
Felí como Román.
Dulce como curva de glucosa.
Rápido como los chismes.
Cubierto como tenedor libre.
Claro como el “gracias” al “te quiero”.
Esperado como la vuelta de Perón.
Metonímico como flor encendida.
Maduro como Nicolás.
Plausible como pisar mierda.
Integral como el intervalo de un pan.
Longitudinal como el amor de una vida.

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