sábado, 12 de octubre de 2013

Reacción.


Recorro los cuatro bordes del mantel
siguiendo el rastro del vino caído
Pero me desentiendo de todo
y escapo al único lugar
donde no tengo que explicar
mi comportamiento.
Enciendo un cigarrillo en el balcón:
el sabor de los taninos
se mezcla bien con las pitadas
El gato del vecino me mira fijo.
Hace ocho minutos
no aparta su vista de mí.
Llamativo para un animal
que se jacta de su independencia.
Reviso la mesa para comprobar
si el vino ya se fundió
con la madera sin barnizar.
Viendo si la reacción se despierta
sin catalizadores.

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