lunes, 21 de octubre de 2013

Sarmiento

Viajes en el Sarmiento

La mitad de la estación seguía cubierta. Lonas negras cumpliendo función de velo y rejas bañadas en inscripciones del estilo "yuta puta" cubrían la escena del accidente.
Me subí al tren del andén 4, que salió puntualisimo a las 14:23.

De pie, recostado sobre la pared, leía "Nueve historias" de Salinger. Estaba leyendo el segundo, "El tío Wiggily en Connecticut", y en un momento mi sonrisa se hizo indisimulable, al llegar al pasaje en que uno de los personaes hace una reivindicación de reír como forma de enamorar. Cerré el libro y me alisté para bajar porque era hora.

Tres cuadras antes de llegar a destino una persona de unos 60 años, gorro blanco y sucio, como el resto de su rostro, preguntó, acusó y afirmó. sin que yo pudiera ver sus dientes : "Es un boludo, no? El que chocó el sábado...que boludo por favor!"  No pude contestarle ni si ni no. Tampoco me puse a pensar que de no haber pedido ese cambio de horario, hubiera volado junto a ese primer vagón, lugar donde siempre viajo a la ida de mañoso e impaciente que soy. De todas formas, salió volando y no se transformó en un acordeón. Y yo exagero como siempre.

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