martes, 10 de diciembre de 2013

Andar

Camina con la bicicleta herida
por el sendero de tierra.
Atrás quedó la odisea de ruidos,
el fuego y el azufre.
No necesita compañía ahora,
sólo hace falta seguir andando.
Escucha un par de ladridos
pero ignora de donde vienen.
Respira la inconfundible humedad de las hojas,
no sabe cuanto falta para llegar.
Camina cabizbajo pero orgulloso
de poder mirar de frente al sol naranja,
sin quemarse las retinas.


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