jueves, 5 de diciembre de 2013

Volver.


Despertar con sangre
en el cuello y en los dientes,
es el mejor indicio
del retorno de mis prácticas.
Todo volvió a ser como antes.
Ya no hay que fingir los hábitos
para quedar bien con los otros.
No hay nada más feliz
que recuperar la esencia propia
y buscarse en los noticieros
que anuncian mi regreso triunfal.
Ante los padres que,
aún en estos tiempos donde nada está oculto,
alejan a sus hijos del televisor.
Porque no pueden explicarles
como alguien tan hermoso existe.

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